Las bellezas de Venezuela

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Viajar a Canaima, Venezuela

Bellezas de Venezuela recomendadas por viajeros

Venezuela es uno de los países que más me ha marcado; no solo por su belleza paisajística y cultural sino por los venezolanos que me he ido encontrado por el camino y que me han ido enraizando al país todavía más.

Según volví de esas primeras vacaciones en Venezuela en 2011 le dediqué una carta abierta desde el corazón y tras mi segundo viaje en 2016, decidí hacer una guía completa para moverse por Venezuela; sobre si es seguro viajar a Venezuela, temas de dinero y mis lugares favoritos de este bello país.

Me gusta tanto la cultura venezolana que hasta escribí un artículo sobre las expresiones venezolanas más populares y las más graciosas para mí, esas que voy escribiendo en un cuaderno dedicado exclusivamente a las palabras que aprendo de este bello idioma que compartimos.

Pero tranqui, no solo te lo cuento yo, hoy te traigo a varios viajeros que aman a Venezuela ya sea porque son venezolanos o porque visitaron el país y se enamoraron como yo. Ellos te van a enseñar algunas de las bellezas de Venezuela sin hacer mucho esfuerzo. Porque en realidad, Venezuela se vende sola.

Olvida todo lo que has escuchado del país hasta ahora. Malas noticias de Venezuela, política, relaciones internacionales… Cierra los ojos, respira. Ábrelos de nuevo y disfruta:

Adriana Herrera de Viaja el Mundo: Chuao

Adriana es una enamorada de Venezuela, una caraqueña de esas testarudas que ama su ciudad y una luchadora nata por descubrirnos cada rincón que visita de su país y sacar lo máximo de cada sitio al que viaja.

Bellezas de Venezuela Chuao

Pasa algo en la costa central de Venezuela: que la montaña, con todo y sus ríos, se va uniendo con el mar y entonces, la palabra «exótico» comienza a tomar sentido. En el mapa del estado Aragua es imposible no señalar a Choroní, Cepe, Puerto Escondido, Chuao y Tuja; esas playas que van decorando las faldas de la montaña.

Y es posible que Chuao cause desconcierto, porque de buenas a primeras no se sabe si es mejor quedarse de una vez ahí en la playa, donde están las palmeras, las otras lanchas, el río llegando al mar, las cuevas, la pescadería, los locales variopintos, el sonido del tambor; o subir al pueblo y volver a bajar, para repetir esa rutina sin miramientos.

Arriba, ya en el pueblo, todo cambia: huele a cacao, la gente abre las puertas de las casas, colocan sus sillas al frente y ven a otros pasar; huele a pescado frito, a tostones, a empanadas; se escucha alguna salsa, se baila en la plaza, se va a la iglesia que es al mismo tiempo fe y guardiana del patio de secado del cacao. Chuao es otra cosa y eso lo saben bien quienes han llegado a su orilla, después de sortear tanto mar.

Andrea de la Peca Viajera: Trujillo

Andrea es una peca que no para, de aquí para allá, con nuevas inquietudes y destinos siempre en mente. Viaja lento pero con paso seguro. Una oriental rajá pero más internacional que otra cosa.

Creciendo en Venezuela mi papá trabajaba mucho tiempo fuera pero cuando estaba en casa se aseguraba de llevarnos a conocer nuestro país. Cada fin de semana o vacaciones, nos llevaba en el carro a varios lugares; pero el que más recuerdo, fue sin querer, nuestro último viaje juntos. Todos están vivos, no se asusten, pero después nunca más volvimos a viajar juntos de esa manera por cuestiones de la vida.

El nidal de nubes queda ubicado en el estado Trujillo, a 28 Km. de la ciudad de Valera. Al llegar a la posada, tocas el timbre y te atiende la familia que maneja el lugar. Recuerdo los desayunos familiares que la familia preparaba y todas las demás comidas deliciosas con ese mismo estilo casero. Me la pasaba en el jardín que servía de mirador, porque estábamos en una montaña, y en las tardes cuando caía un poco el sol, todo se llenaba de una neblina densa que me hacía sentir en un mundo de fantasía rodeada de duendes.

Los cuartos eran bellísimos hechos con mucho amor y cuidando cada detalle para que te sintieras en casa. De verdad, en este viaje en familia, nos ayudó mucho haber escogido este lugar tan familiar que nos recuerda siempre lo bella que es nuestra Venezuela. Siempre que recuerdo mi país, mi mente me lleva a este viaje. Por eso, el nidal de nubes es mi sitio favorito en Venezuela.

*Lo que tenemos en la mano, es una figurita de madera de la Virgen de la Paz en Trujillo. Mi mamá, hermana y yo. Mi papá tomó la foto que al final es la portada de su libro, Mi amada brujita, porque de ESA manera nos marcó ese viaje.

Arianna Arteaga de La Pequeña comeflor: Roraima

¿Cómo definir a Arianna? Amante de los colores, la fotografìa y otra testaruda que lucha por un mejor país y se resiste a ser una más de las que abandonan Venezuela para buscar un futuro mejor.

Roraima, la madre de todas las aguas

No sé si es porque soy mujer y Roraima es madre, o porque tiene una rampa natural que se me hace una invitación a explorarla. Quizá sea porque la vida es agua y crear agua es magia pura de la naturaleza que me cautiva.

Puede que sea porque amo a todos los tepuyes que son mágicos y milenarios y como a Roraima lo he subido tres veces siento que lo amo más porque nos conocemos las maravillas y miserias de cada una. Pero de los 115 tepuyes que tiene la Gran Sabana, Roraima me cautiva, su nombre me resuena, sus piedras me hacen soñar, su vegetación extrañísima me embelesa y olvidaría tres veces, diez veces, cien veces más, cuán difícil es alcanzar su cima y cuán dolorosa en volver de ella a tierra.

Bellezas de Venezuela, Roraima

Danel Ayesta de Sueños de Mochila: Chichiriviche

Danel es un argentino que lleva 2 años dando vueltas por Sudamérica, a dedo y con muchas ganas de conocer nuevos destinos (de hecho ahora está por Europa).

Venezuela es «el cuco» de Sudamérica. El país de los contrastes, que pocos quieren visitar por la agravante crisis que atraviesa. La controversia me impulsó a ir para ver como mis propios ojos. Fueron días de charlas, de ser parte circunstancialmente de la vida de un venezolano. Sentarme con ellos, sentir sus dolores y por momentos disfrutar del característico humor entre tanta incertidumbre.

La solidaridad vigente por parte de los automovilistas que me fueron trasladando bajo la modalidad autostop y por parte de familias que hicieron las veces de anfitriones. Si bien hay muchos atractivos de ensueño me cautivó Chichiriviche. Un mes allí, con un ojo observando peces de colores, nadando entre ellos por monedas de dólar, y el otro siguiendo la dinámica de un pueblo cabizbajo, perdido y por momentos apagado.
¿Volvería? Sí. Viajar no es todo pececitos de colores.
Bellezas de Venezuela Chichiriviche

Carol y Juan de Viajando por un sueño: Mochima

Una pareja argentino-ecuatoriana con ganas de comerse el mundo y que solo iba de paso por Venezuela pero acabó quedándose por cuatro meses.

Veníamos de la Gran Sabana, llevábamos mucho tiempo esperando ese primer contacto con el Caribe, e iba a ser por todo lo grande. Sería el Caribe venezolano y sería Mochima.

Después de nuestra primera experiencia en el Parque Nacional Mochima en Puerto la Cruz, ciudad costera desde donde se puede tomarte algunas lanchas para visitar el Parque Nacional Mochima, decidimos adentrarnos e irnos a Playa Colorada, un pueblito de pescadores muy turístico en los años 70 donde la delincuencia hizo mella en los últimos años. Pero ahora todo había cambiado. A causa de la delincuencia el turismo en el lugar había menguado, hasta tal punto que la misma población de Playa Colorada se había empoderado para defender su patrimonio, su playa y a los turistas.

Llegamos y nos contaron la historia, hablamos con algunos muchachos de la brigada de limpieza de la playa, de la de seguridad y nos sentimos cómodos y tranquilos. La playa es de ensueño, como muchas del parque nacional, y desde ahí también puedes ir a otras islas de Mochima en lancha. Todo un sueño hecho realidad. Playa paradisíaca, ron, humor venezolano y buena comida.

Bellezas de Venezuela Mochima

Kai de La Alpargata Viajera: Los Llanos

Una llanera en Madrid, de allá de donde vienen los chigüires, un animal muy peculiar y la música llanera, una de las más escuchadas del país.

La libertad se siente en los llanos de Apure

Una de las regiones más llaneras de Venezuela es el estado Apure, con sus 76.500 Km2 de sabanas, llanuras y ríos, con una rica gastronomía, cultura y folclore. La idiosincrasia del llanero se distingue de las demás, el llanero añora al llano, ama al campo, a la música, la planicie y la libertad.

Viajar al estado Apure es una experiencia única si estás dispuesto a estar en contacto con la naturaleza y si te gusta mirar la amplitud del horizonte, ver un amanecer o un atardecer llanero en plena sabana es realmente maravilloso.

San Fernando, su capital, recibe a los visitantes con la distinguida Redoma de la Abundancia y el Monumento a la Bandera situados en la entrada de la ciudad.

Mi recomendación como apureña es visitar la llamada Ruta de Gallegos que es un lugar estupendo donde el escritor Rómulo Gallegos se inspiró para escribir “Doña Bárbara” una de sus novelas más famosas. Por ahí te encontrarás con los Médanos de La Soledad, con el río Arauca y la estatua de Marisela en la llanura.

Otros pueblos encantadores del estado Apure son Elorza, tierra de folclore y música llanera, famosa por sus fiestas en marzo; Achaguas con su Nazareno, dicen que es el santo más milagroso de los llanos y Cunaviche que tiene un balneario fantástico en la temporada de sequía.

Bellezas de Venezuela Llanos

Mariangel de Un nuevo lugar: Canaima

En esta lista de lugares bellos de Venezuela no podía faltar la representación maracucha (najada). Mariangel lleva su cultura allá donde va, hasta Asia le llevaron sus pies inquietos.

Canaima, hogar del majestuoso Salto Ángel

Canaima, el hermoso parque nacional ubicado en el estado Bolívar, Venezuela, un paraíso escondido, rodeado de selvas y sabanas, el hogar del majestuoso Auyantepuy y a su vez del indescriptible Salto Ángel, nada más y nada menos que la caída de agua más alta del mundo, 979m de puro esplendor y energía. Pero hablar de Canaima, es también hablar de sus otros extraordinarios tesoros naturales:

La Laguna de Canaima, un lugar que considero que lo tiene todo ya que es laguna y playa a la vez, en ella desembocan ríos y cascadas, y por si fuera poco su color es rojizo (debido a los minerales que contiene). Un lugar sacado de otro planeta.

No puede faltar la travesía al Salto Ángel. Al llegar a Canaima prepárate para la aventura, navegar en canoa por varias horas, admirar inigualables paisajes, realizar caminatas en la sabana, ver rocas inmensas y contemplar un escenario al que yo llamo “de otro mundo”. 

Durante la caminata de dos horas, se deben subir varias escaleras naturales, se escucha el zumbido de la selva y te abraza la naturaleza. Si la visita es de tarde prepárate para descender bajo la luz de las linternas, pasar la noche en uno de los varios campamentos, dormir en hamaca con mosquiteros, realizar una fogata, admirar un cielo estrellado y compartir buenos momentos.

Fue difícil decirle adiós a las vistas majestuosas de los tepuyes, a los chapuzones en la laguna, a su fauna y flora exótica, así como a su magia. Definitivamente tomar dos vuelos, una avioneta, pasear en canoa y caminar en su sendero ¡sí que valió la pena!, gracias por tanto Canaima, una visita llena de aventura, naturaleza y esplendor.

Es seguro viajar a Venezuela

 

Gracias por tanto, Venezuela.

¿Ves? ¡no era tan difícil sacarte una sonrisa!

bellezas de Venezuela Mérida

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