Cuadernos viajeros
¡Qué me gustan los cuadernos! sobre todo cuando viajo. Esos magníficos objetos llenos de páginas que esperan ser escritas. Me gustan tanto que hasta he llegado a pensar que soy adicta a ellos. Los uso sobre todo como bitácora y son, junto a mi mochilita roja, mis posesiones más preciadas cuando viajo.
El cuaderno se llena de mis primeras impresiones, de choques culturales y curiosidades varias del país donde esté.
Te estarás preguntando para qué tener un diario de viajes cuando hoy en día tenemos muchas opciones a nuestro alcance, sobre todo electrónicas. Haré como que no he oído tu pregunta. No te lo tomes a mal pero me encanta abrir el cuaderno según empieza mi viaje, iniciando así un capítulo nuevo.
Cuadernos viajeros: mi fuente de inspiración
Cuando viajo expreso mejor mis sentimientos y percepciones “a la antigua”. Vaya donde vaya siempre llevo conmigo un cuaderno y bolígrafos de colores. En Dharamsala, India, no pude resistirme y compré una funda para mi cuadernito. No solo porque era precioso sino por una buena causa ya que se lo compré a una ONG que ayuda a mujeres tibetanas a integrarse en la sociedad india.
Al sentarme a escribir en un banco observando a la gente me siento como si estuviese viendo una película, la película que yo elija ver. Escribo sobre lo que veo, plasmo lo que huelo y percibo.
Me siento y observo. Me relaciono con la gente de la zona y observo.
Normalmente cuando viajo me paseo por un mercado para ver qué tipo de comida tienen, compro algo y me voy a un sitio especial en el que pueda ver a la gente pasar. Miro cómo hablan, socializan y se comportan y, ¡me encanta!
El mero hecho de abrir el cuaderno me dice que un capítulo nuevo va a comenzar y puedo escribir lo que quiera, soy libre en mis propias páginas, en mi propia historia.
Escribir mientras viajo se ha convertido en un ritual, es una forma de pararme por un momento y expresar con palabras las experiencias que he tenido o lo que estoy viendo.
El pequeño detalle es que no me conformo con cualquier cuaderno. Soy un poco exigente a la hora de elegir las preciosidades con las que me expresaré, plasmando lo que veo y cómo me siento.
Cuando veo la sección de cuadernos en una librería hay algo dentro de mí que dice: “Alba, no vayas, tienes cuadernos de sobra” pero nunca escucho a esa voz y acabo yendo. Podría pasarme horas mirando cada más mínimo detalle de los cuadernos para decidir cuál comprar. Ya lo sé, tengo un problema pero ¡me encanta!
Cuadernos ahora amontonados y llenos de historias, historias que seguir compartiendo.
¡Pasadlo bien llenando vuestros cuadernos viajeros de historias!
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Espera, no te vayas. Si quieres seguir leyendo artículos relacionados con la escritura o la escritura de viajes, sigue por aquí.
Qué fuerte, si al fin y al cabo tu y yo somos iguales en cuanto a los cuadernos: no puedo evitar comprarlos aunque ya tenga de sobra xD La diferencia es que luego no se que hacer con ellos… pero me encantan! jajaja
Besos wapi!
Está bien saber que no soy la única =)
Me siento más comprendida desde que he visto que mi adicción a los cuadernos y a pintarrajearlos no es sólo cosa mía… 🙂 🙂
¡Es bueno saber que no estamos solas! ????
Que maravilla encontrar un blog por casualidad que le guste coleccionar cuadernos y escribir experiencias en ellos. Yo me estoy aficionando ahora.
Un saludo 👋
¡Ay, Rocío! Es un viciooooo, ya verás. A mí me encanta rellenarlos con palabras, billetes, etiquetas, ¡lo que vaya encontrando por el camino!
¡Un abrazo y gracias por tu comentario!