Por fin te conozco, Da Nang
Tras pasar unos veinte días en Tailandia (en parte sin querer pero esa es la magia del viaje), conociendo a fondo la cultura del país de la mano de una familia, voy rumbo a Da Nang (Đà Nẵng), una ciudad en auge donde descubro paisajes verdes y playas semi vírgenes. No llega ni al millón de habitantes y después de la ruidosa Bangkok es un respiro estar aquí.
El cambio entre Tailandia y Vietnam es ligero y sutil pero aun así se siente; la gran cantidad de coches y tuk tuks se sustituyen por motos, los carteles de parafernalia de adoración extrema al rey tailandés son reemplazados por pancartas comunistas con la hoz y el martillo e imágenes de Ho Chi Minh por doquier. Parece que sigo en Tailandia pero a la vez hay algo que es distinto.
Mercados vietnamitas
Los mercados tradicionales me parecen lugares de ensueño donde retrato la realidad que me rodea, la verdad más verdadera y donde encuentro esa personalidad rutinaria del jaleo. Camino y me camuflo entre ellos, algo tímida. Intento capturar cada mirada con mi cámara de fotos pero esos momentos se me escapan porque la valentía que se necesita para invadir su espacio se pelea con el hecho de que quiero respetar su intimidad.
No me es difícil sumergirme en su rutina porque la sonrisa vietnamita es un gesto que casi me embauca tanto como la filipina y me dejo llevar. En Asia cada rincón invita a una foto, intento no ser pesada pero se me escurren las manos entre los botones, ansiosa por capturar los momentos idóneos.
La religión en Vietnam y los distintos tipos de Budismo
La religión sigue estando muy presente en la sociedad vietnamita y el tipo de budismo que se practica se me antoja conocido de nuevo, después de haberme encontrado con muchas de sus variantes por el camino. Primero estudié el Budismo Mahayana en Filipinas, una corriente que se originó en la India y que siguió su camino por el norte, pasando por Paquistán, Afganistán, el Tíbet, Nepal, Mongolia, China y Vietnam y dando un saltito a las islas de Japón y de Taiwán.
Si quieres conocer más sobre el budismo, te invito a que leas mi artículo sobre las confusiones más comunes del Budismo.
Cuando fuimos a Taiwán vi la influencia del taoísmo, que a veces se mezcla con el budismo en sus templos, aportando un ambiente de respeto y unión.
En India, la explosión de las distintas ramas me confundió pero pude definir a grandes rasgos lo que es el budismo tibetano, lo sentía más cercano, quizás porque conserva la mayoría de las enseñanzas en el idioma que las relató Buda. Quizás el chino mandarín fuese un idioma que no me llegara tanto para conocer una religión, me parecía más frío y regido por más normas.
Luego llegué a Tailandia y ahí si que ya no sabía por dónde tirar, todas las teorías budistas, boddhisattvas, distintas creencias y nombres que fui aprendiendo por el camino se entremezclaban y danzaban al son de la confusión. El budismo está muy presente en el día a día de la población tailandesa, tanto que dependen de él para temas laborales y burocráticos.
Cuando llego a Vietnam empiezo a atar cabos que me parecen difusos pero conectan. Una misma religión, distintas formas de vivirlo.
De camino a la Península de Son Tra, un café vietnamita
El olor a café vietnamita, tan aromático y dulce, se fusiona con la sonrisa de los lugareños, que nos abren sus casas sin ni siquiera pedirlo. Aún me sorprende la hospitalidad de estas tierras y deseo con fuerza que en Europa (y en países occidentales en general) aprendamos más del candor de su gente.
Y quién me iba a decir que Nang desde las alturas, desde la lejanía, se disfruta aún más.
Península Son Tra (Monkey Moutain): visitando Ban Co Peak
Para terminar el día, qué mejor que una invitación improvisada (pasábamos por allí) a un picnic con un grupo de amigos vietnamitas.
Y disfrutar del atardecer desde Ban Co Peak con dos desconocidos, que usaron nuestro cigarro para prender el cielo.
Y ahí, en la Península de Son Tra, todo lo demás se desvaneció.
Se disipó.
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O más bien, se iluminó.
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Conoce más sobre Vietnam (y continuación de la historia)
- En tren de Da Nang a Hánoi: un traqueteo de las vías más tranquilas de Da Nang al caos encantado de Hánoi.
- Hanói, la capital del país vietnamita: un paseo en moto por el lindo caos de esta ciudad. Una ciudad que me regala algo más que ruido.
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