Atrapada en Bangkok
Era enero de 2014, estaba en Tailandia, en plena protesta obrera. El pueblo se sublevaba contra los mandatos de una dictadura que amenazaba con volver, con oprimir. Y yo, de alguna forma me quedé atrapada.
Allí estaba yo, danzando entre la espesura de aquella ciudad, entre la complejidad de una nueva realidad que me asustaba y a la vez me inspiraba.
Desde España mi madre me decía que tuviera cuidado, que en la televisión lo único que decían sobre Tailandia es que era peligroso, estaban poniendo bombas en todas partes y el pueblo era agresivo.
Yo, yo no vi eso… Y no digo que no pasara sino que es peligroso cómo y en qué ponen el foco los medios de comunicación.
Yo vi un pueblo sublevado, castigado pero que no se calla, no se conforma. Vi un pueblo sonriente, amable y servicial.
Me sentí parte de la historia, de una historia compartida y sufrida.
Me sentí orgullosa no por un país, sino por la humanidad en general. Una humanidad que se atreve a levantarse y a luchar por lo suyo.
Había varias zonas principales de reivindicación en la ciudad. La gente tenía tomada las calles, las plazas y cada rincón de la capital.
Las tiendas de campaña estaban regadas por todas partes.
Todo estaba muy bien organizado, daban comida a quién quisiese, había conciertos y muy buen ambiente.
Mi primo se hace famoso en Bangkok
Mi primo, un ser noble y reivindicativo decidió aportar su granito de arena.
—Vamos a ver si puedo cantar ahí arriba. Vente conmigo.
—¿En serio? ¡Valeee!
Y allí fuimos, fue más fácil de lo que pensaba. En unos quince minutos, tras hablar con unas cuantas personas, ahí estaba mi primo, encima del escenario cantando Inmigrante de Manu Chao en una protesta reivindicativa en frente de miles de personas.
—¿Qué opinas de la situación en Tailandia?, le pregunta la presentadora.
—Pues yo creo que todos los políticos deberían subirse en un barco y perderse a la deriva.
Segundos después cuando la presentadora logró traducirlo al tailandés el gentío gritó, se levantó y le vitoreó. Fue épico. Algo para contar a los nietos…
Pasé una semana muy agradable con mi familia, una semana que fue única, en ese momento, en ese lugar del mundo.
¿Qué posibilidades hay de disfrutar en familia en Tailandia, dos viviendo en Tenerife, una acabada de llegar de India y otro viviendo en Vietnam? No muchas me atrevería a decir, así que ahí la gozamos como dirían ellos.
Un viaje para recordar, sin duda.
Volvamos al título de esta entrada. Sí, me quedé atrapada en Bangkok, simplemente por el hecho de no confirmar las cosas antes.
Cuando viajo siempre compruebo las fechas, normas, visados… mil veces pero esta vez me confié. Tenía pensado ir a Vietnam con mi primo directamente pero resulta que para entrar al país se necesita una carta emitida por el gobierno sino no puedes entrar.
Me di cuenta dos días antes. Hay agencias que lo tramitan con muy poca antelación pero se sumó un problemilla y es que en Vietnam se venían diez días, sí, ni más ni menos que diez días de vacaciones nacionales. Todo deja de funcionar, nadie trabaja en el gobierno y por mucho que una agencia te lo tramite si en el país no hay nadie que firme esa solicitud, no sirve.
Así que me despedí de mi familia y fui en busca de un hostal muy chulo que había cerca. Me puse en contacto con AIESEC y en un día ya tenía dónde quedarme.
Gracias a un polaco que conocí en Rumanía y que vive en Vietnam conocí a Vip, mi ángel de la guarda durante diez días. Diez días que por una parte me supieron amargos por no poder disfrutar de Vietnam con mi primo pero que me permitieron descubrir en detalle la cultura tailandesa desde un hogar tailandés.
Tuve durante diez días una familia a la que estoy inmensamente agradecida.
Me enseñaron lugares y sobre todo muchas curiosidades y comida de su tierra.
Si hay algo que compartimos los españoles y los tailandeses es el buen comer. Nos encanta.
Ellos también se sientan a la mesa con muchos platos y comparten.
Pero bueno, sobre Tailandia ya os contaré más otro día…
แล้วพบกันใหม่!
(Hasta luego en tailandés)
Sin duda que Uno de los grandes atractivos de Tailandia son su gente y su gastronomía. Cada vez más los españoles que vienen a Tailandia son capaces de disfrutar de una comida muy diferente pero muy rica y con la parafernalia española,como bien dices en tu blog, de sentarse todos alrededor de la mesa y compartir muchos platos.
¡Totalmente de acuerdo, Jan! ¿Qué crees que es lo que más disfrutan los españoles en Tailandia después de la comida? Gracias por tu comentario.
¡Un saludo!
¡Hola Alba!Lo que más hace disfrutar a los españoles en Tailandia es el cambio tan radical de cultura, paisajes y naturaleza representado por sus mercados,sus templos, sus campos de arroz, el aspecto de sus ciudades y sus islas. Hay que tener en cuenta que muchos de los españoles que visitan Tailandia es la primera vez que viajan a Asia¡Un saludo desde Chiang Mai!
¡Gracias por tu comentario! ¡Un saludo desde Madrid! Laew cher kan!
Bueno pues no está nada mal quedarse atrapada en Tailandia ¿no? Me ha encantado la anécdota de tu primo sobre el escenario y aplaudo el momento que has tenido de incluir la actualidad en este relato de viaje. Brava, como dicen aquí en Italia.
No, no está para nada mal quedarse en Tailandia lo único que cuando tienes otros planes y todo va al revés por una equivocación pues da rabia en un primer momento. Pero eso, ¡al viajar lo mejor es ir adaptándose según van viniendo las anécdotas y las aventuras! ¡Un abrazo que llegue hasta Italia! 🙂
Una vez más se repite la historia, para bien, y algo que creiamos un gran problema, se convierte en una gran suerte. En este caso por partida doble, porque no sólo te permitió conocer la realidad tailandesa y las reivindicaciones de su gente, sino que contaste con los mejores guías posibles para conocer sus costumbres, su forma de ser y su día a día. Y sí, la comida tailandesa es muy buena. Estoy de acuerdo. 🙂
Pues sí, el destino me sorprendió para bien =) Por eso opino que hay que ser flexible al viajar y adaptarse a lo que vaya viniendo… ¡Un besazo!
Que buen relato Alba, que momento más épico con tu primo. Y sí, los viajes familiares también tienen mucho encanto!.
Me han gustado mucho las fotos, espro ir algún día a Tailandia 🙂
¡Gracias, Eva! Sí, fue muy divertido e inolvidable =) También te deseo que puedas ir algún día a Tailandia y que no te quedes atrapada allí (o sí)
¡Un saludo viajero!