Mitología filipina

La mitología, muy presente en la vida de los filipinos

La mitología filipina entremezcla la magia y la superstición de una forma extraordinaria para crear un espectro en el que todo puede suceder. Me sorprendió para bien lo muy extendidos que están las fábulas, historias o cuentos sobre espíritus y criaturas fantásticas. Es un tema que para nada es tabú y en el que la mayoría de la gente sigue creyendo. Es algo cultural que quizás esté intrínsecamente ligado con la sonrisa filipina, esa inocencia plasmada en sus caras de ilusión.

En parte como en muchos lugares del mundo, sus historias eran difundidas para proteger a la población y evitar que hicieran «cosas que no debían».

El Kapres hará que te pierdas en la montaña

Ese es el caso de los Kapres, una criatura alta y de piel oscura que vive en los árboles. Tiene un olor muy fuerte capaz de atraer a los humanos y siempre está fumando.

La palabra kapre viene de «kafir» que en árabe significa «alguien que no cree en el Islam», término usado por los primeros árabes para referirse a los sudasiáticos de piel oscura. La palabra llegó a Filipinas a través de los españoles, quienes ya habían tenido contacto con los musulmanes. Algunos historiadores dicen que fue propagado para meter miedo a los filipinos y así no pudieran ayudar a los esclavos negros traídos de tierras americanas. 

Dicen que los kapres engañan a los viajeros para que se pierdan. ¿Quizás fuese esa la razón por la que me perdí tantas veces en las montañas de Filipinas?

Diwata: la ninfa de la naturaleza

La diwata o lambana es una ninfa que se encarga de cuidar la naturaleza. La más conocida es Maria Makiling que vive en el monte con ese mismo nombre.

Si uno no respeta la naturaleza, hará que te pierdas en la espesura del bosque y morirás. Cuando estuve en ese monte pude sentir su presencia bajo el volcán durmiente, en los manantiales de donde brota el calor interno de la tierra. Si la respetas, todo irá bien.

El duwende: mitología filipina de herencia española

El duwende es una herencia céltica española, criatura importada de la Península Ibérica. El duwende es un ser pacífico y entrañable que juega tan tranquilo con los niños y vive en las rocas.

(Cada uno que lo pinte del color que quiera)

Nuno: el viejo no tan agradable

Nuno o Nuno Sa Punso literalmente «viejo que vive en un hormiguero», es chiquito con una gran barba que a diferencia del Duwende se enfada muy a menudo y hace daño a aquellos que estorben en su hormiguero. Echa mal de ojo a aquellos invasores que destruyan su casa; si le dan con el pie, éste se hinchara. Para los osados que decidan orinar, se les hincharán los genitales. Y por si fuese poco el nuno puede escupir a cualquiera que pase y esa zona se le irritará sin más.

Para prevenir cualquiera de esas situaciones, los niños no deben jugar fuera entre el medio día y las tres de la tarde y volver a casa antes de las seis. Además, tienen que evitar ir a lugares ruidosos, que es donde viven los nunos. Una forma más efectiva es avisarle de que vas a pasar por su territorio, diciendo «tabi tabi po» que quiere decir «por favor, retírese» o «hágase a un lado». Por si a caso yo tendría cuidado con este amiguito y sus hermanas las hormigas rojas (algunas carnívoras, ¿qué tal?).

Nunca lo vi pero por lo que me contaron los paisanos sería algo así (no, no parece muy amigable).

Wakwak

Cuando llega la noche la cosa se pone más fea. Hay dos seres principales que reinan los cielos.; el Wakwak o tiktik  y el Manananggal.

El Wakwak es un monstruo pájaro que se alimenta de corazones humanos (uy, ¡qué guay!) Se llama así por el sonido que produce al volar.

El Manananggal es una mujer vampiro que tiene el poder de dividir su cuerpo en dos y volar a donde ella quiera para chupar sangre mientras la parte de abajo de su cuerpo se queda donde ella lo dejó. Pero no os preocupéis, si os ataca lo «único» que tenéis que hacer es poner ajo o cenizas en la parte del cuerpo que se quedó en tierra y así morirá antes del amanecer (qué fácil, ¿no?) a ver quién es el listo que se pone a buscar la parte de abajo de su cuerpo… Otra cosita… ¡tiene predilección por las embarazadas!

Se lo toman tan en serio que hay varias pelis del bichito…

En general si cuidáis la naturaleza (y no salís de noche¿?) estos seres no os visitarán.

Al margen de que sean seres mágicos entrañables o monstruos odiosos me pregunto si aquí hemos perdido la inocencia de creer en algo mágico, irreal pero aún real en nuestras mentes.

¿Hemos perdido la capacidad de imaginar, de crear?

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