De la meditación Chan a la meditación Vipassana
Después de pasar tres meses en un templo budista en Filipinas y Taiwán y de descubrir el norte de India durante algunos días decidí embarcarme en una nueva aventura: ir a un curso de meditación Vipassana que duraba diez días. En el medio de la nada. En India.
10 días. 3 comidas vegetarianas al día. 14 horas al día meditando. Sin nada que pueda distraerte (fuera adornos, cuadernos y aparatos electrónicos).
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Tomada la decisión, cogí un autobús de Dharamshala a Delhi por la noche, un trayecto que duró 12 horas. Una vez llegué a Delhi cinco minutos después ya estaba cogiendo otro bus que tardaría otras 14 horas en llegar a Jaipur así que viajé durante 26 horas en total.
26 horas que se convertirían en la forma menos original de celebrar el Año Nuevo de 2014.
De Delhi a Rajastán
De repente el paisaje comenzó a cambiar. Desde la ventana lo único que veía era desierto, camellos y niños volando cometas desde los tejados de las casas. Había llegado a Rajastán, tierra de marajás y tigres.
Después de viajar varios kilómetros en moto desde Jaipur, llegué a mi destino. Allí estaba yo, rodeada tan solo de desierto, camellos y rocas.
La meditación Vipassana es una meditación que se centra en la respiración y en la conexión que existe entre cuerpo y mente. Es una forma de purificar la mente y de enfrentarse a los problemas de una forma más calmada.
Sin embargo, no es algo fácil, requiere trabajo y paciencia pero vale la pena. Cuando salí, después de diez intensos días, noté cómo la mente estaba más calmada y no divagaba tanto.
Aprendizajes del curso de meditación Vipassana
En el centro que yo estuve cada participante tenía una habitación con un baño privado así podíamos estar más cómodos aunque por lo que he leído, no es lo común (pero sí lo ideal para una buena meditación y evitar distracciones).
La impermanencia: todo es transitorio/ temporal
Puede sonar muy sencillo y simple pero no es fácil meditar durante más de 10 horas al día. Cosas como que te duela la pierna como si te la arrancasen durante una hora o morirte de hambre hasta el punto de ver helado y nutella en tu mente como si fuesen dibujos (me llegaron a hablar y todo) son algunas de las cosas que me pasaron durante estos días.
Cuando te tiras dos horas con tu culazo sentado en el suelo sin mover siquiera las pestañas, créeme que te duele todo, ¡todo! Sin embargo, igual que llega se va. Sí, vuelve de nuevo pero, ¡se va otra vez! ¡Impermanencia!
La paciencia es la clave para todo en este mundo
Cuántas veces obvié esa voz que decía: Alba, ¡tranquilízate, respira! En vez de eso mi ego se inflaba para acabar ganando la partida, como siempre. Pero esta vez era distinto.
Al principio lo que quería hacer era salir corriendo, saltar la valla y seguir corriendo lejos pero no podía. No tenía más remedio que quedarme. Tenía que quedarme y esperar a que el dolor se fuese. Así que le planté cara a mi ego y le dije: “oye, espérate, estoy conociendo a mi paciencia, es maja y todo! ¡tú, cállate!»
Puedo estar más de quince horas sin comer
Y no morir en el intento. ¡Sí, en serio! Incluso puedo meditar durante dos horas antes de desayunar por la mañana temprano. ¡Menuda mejora!
Para los que me conocéis ya sabéis de lo que hablo y para los que no, ¡me encanta comer!
Era mi último día en India y mis amigas indias me dijeron: «tienes que probar la mayor cantidad de comida de Rajastán antes de irte» y yo… pues ¡les hice caso!
Cuando escuchas a tu yo interior… ¡pasa algo mágico!
Al escuchar a tus sentimientos y pensamientos que están ahí siempre pero que obviamos a diario, se te ocurren un montón de ideas buenas. No solo buenas sino geniales. Y digo yo, ¿no se me podría haber ocurrido la semana anterior cuando tenía papel y lápiz para apuntarlo?
Cuando se terminó el curso Vipassana lo primero que hice no fue ir a hablar con la gente sino ir corriendo a escupir (¿o esculpir?) como una loca todas las ideas que se me habían ocurrido en esos días en un trozo de papel.
Durante el curso pensé en hacer trampas y escribir de vez en cuando pero, ¿qué sentido tenía? ¿no me estaría engañando a mí misma?
Lo único que hice es escribir la palabra Libertad en la arena para verlo todos los días e incluso con unos azulejos rotos que encontré por ahí tracé un «hola» para que la gente lo viese. Creo que fue bonito.
Respirar está infravalorado
Todos sabemos respirar pero no somos conscientes de cómo lo hacemos. Cuando uno llega a controlar la respiración, los sentimientos también se pueden controlar y a su vez estarás atrayendo energía positiva y rechazando pensamientos negativos.
Los dolores pueden desaparecer
Si de verdad lo quieres y eres constante los dolores pueden desaparecer. Yo llevaba con una infección de oído durante más de un mes y hasta que no medité durante siete días seguidos no se fue del todo. Había probado antibióticos, gotas, medicina tradicional tibetana, medicina tradicional china y nada.
No se fue por arte de magia sino gracias a la batalla que libré con mi ego y a romper el apego de estar mala y seguir queriendo estar mala. No digo que meditar sea la única opción para librarse de las enfermedades pero en mi caso fue la obsesión por el dolor lo que hizo que se ensalzara. Cuando dejé de pensar en ello y centré mi atención en la respiración todo empezó a irme mejor. Cuando paré de hacerme la víctima y empecé a ser consciente de que podía cambiarlo es cuando conseguí ver los frutos.
Si dejas de ser tan dura contigo misma puedes liberarte
Deja de compararte con los demás, cada persona tiene su forma de progresar y actuar. Deja ir, deja estar.
Valorar lo básico
Volver a lo básico nos hace más humildes, más humanos. El hecho de tener tres platos al día de comida sencilla y vegetariana y duchas frías en un clima de unos 8ºC hizo que apreciase más las cosas. No necesitaba nada más, todo estaba en mi mente.
Cuando te tiras diez días sin hablar aprecias más el sonido y el poder que tiene tu voz. Las primeras palabras que pronuncié al terminar fueron «no me puedo creer que pueda hablar» y esas mismas palabras me sorprendieron, ya que no estaba acostumbrada a mi voz. ¡Os recomiendo probarlo!
Me di cuenta no solo de que tenemos muchas conversaciones vacías a lo largo del día entre nosotros sino de cuántas tonterías soltamos por la boca y de las cosas innecesarias que nos decimos unos a otros.
Tener a la naturaleza como referencia
Me encantó poder saber qué hora era teniendo al sol como referencia. Al tercer día ya sabía cuándo empezaban las clases solo con mirar a la posición del sol. ¡Precioso!
Por la mañana después de desayunar y lavarme los dientes me iba a un sitio en el que observaba el sol hasta que alcanzaba un punto, el punto en el que tenía que volver a clase de meditación.
Por la tarde después de cenar, lavaba mi ropa, me daba una vuelta y me iba al mismo rincón a ver el atardecer. ¡Una experiencia mágica y preciosa!
Si quieres más información, puedes buscar los cursos disponibles de meditación Vipassana, tienen centros repartidos por todo el mundo y viven de donaciones. ¡Os lo recomiendo!
¡Asegúrate de que dejas tus huellas haciendo lo que más te gusta!
Que hermoso post. Estoy pasando por un momento de mucha ansiedad, me imagino que pleno sería vivir sin toda esa presión y con tanta paz. Te felicito!
Hola, Andrea:
Te ayudaría mucho este tipo de meditación, entonces. O cualquier tipo si no puedes dedicarle 10 días seguidos. Pero te lo recomiendo 100% además que hay centros por todo el mundo =)
¡Un saludo y ánimo!
Cada post tuyo que leo me sorprendes más… hay que ver que forma tan peculiar e interesante de descubrir el mundo y a la vez a tu yo interior.
Un abrazo
Ja, ja, ja. Soy una caja de sorpresas =) La verdad es que me gusta probar cosas nuevas en otros países, así el reto es más grande y aprendo más.
¡Gracias por pasarte, un saludo!
Una experiencia vital, desde luego.
Yo no creo que fuera capaz.
Saludos
GranPumuki
¡Gracias por pasarte! Bueno si se quiere, se puede =)
Un saludo
Hola Alba, el 9 de Mayo iré a mi primer curso de Vipassana en Córdoba Argentina y como no tengo idea de meditación ni de que se trata entre a buscar una orientación, si bien me encanta la idea de hacerlo a la mism vez me asusta un poco, espero que sea fructífero,voy con toda la buena energia.Saludos.
Hola, Julian:
No tengas miedo o bueno, tenlo pero acéptalo como parte del cambio. Confía en el proceso, hay gente cualificada que te ayudará en el camino. Que vayas con toda la buena vibra es un buen paso.
¡Un saludo y metta!