Viajar como forma de vida
Empecé a viajar sola con 18 años gracias a mi madre a la que me siento enormemente agradecida por animarme y pedir esa beca que tanto quería. Esa beca que me permitió ir a Irlanda a aprender inglés durante un mes.
Mi mente por aquel entonces estaba llena de obstáculos y de ignorancia sobre lo que había ahí fuera pero existía un poder dentro de mí más grande y que me impulsaba a descubrir nuevos lugares. Mi lado aventurero me estaba hablando a voces.
Desde niña me siento atraída a aquello que es nuevo para así intentar entender lo que es distinto. Al principio contaba con una larga lista de estereotipos que por suerte empecé a derribar ese verano de 2006. Y… ¡bendito verano!
Gracias a esa oportunidad descubrí una de las cosas que me encanta: viajar. Era muy tímida e introvertida (y lo sigo siendo en algunos sentidos) y si estaba en un grupo prefería escuchar y no compartir con los demás lo que sentía por temor a ser juzgada. Prefería guardarme las palabras.
No solo eso sino que fue la primera vez que estaba poniendo en práctica real todos esos años que pasé estudiando inglés en el colegio y en academias. En ese entonces lo que hacía era observar y absorber como una esponja cada nueva idea.
Ocho años después, ¡¿Ocho ya?! me resulta difícil imaginar no poder viajar con regularidad. Viajar me ha impulsado a enseñar al mundo quién soy, viajar me ha motivado a compartir y a aprender de los demás. No solo he aprendido sobre distintas partes del mundo y sus pueblos sino lo más importante, he aprendido sobre mí misma en el camino.
Desde aquel día en el que empecé a viajar no he parado. He ido a 28 32 países con sus propios paisajes, gentes y aromas. Cada uno único, cada uno valioso a su forma.
Cuando viajes verás una parte de ti que nunca has visto antes. Estar solo en una tierra extranjera es la mejor forma que tienes de enfrentarte a quién eres de verdad, hace que seas consciente de lo que te rodea en cada momento.
Siendo sincera no es que no me de miedo viajar a veces, sí, y mucho, pero la motivación por descubrir nuevas tierras siempre ha sido un impulso mayor. Viajar es algo más que una distracción de la rutina, es lo que me mantiene viva y supone un aprendizaje cada vez que espero esa cola que me lleva al próximo avión. Viajar me ha enseñado más que la universidad.
Os dejo con algunas de las cosas que he aprendido en estos años de viajes. No pretendo que sea una lista de quehaceres sino mostraros cómo me gusta viajar a mí. ¡Espero que lo disfrutéis!
Mis consejos para viajar a tu rollo
No te guíes por mapas, pregunta a los lugareños
He aprendido a no hacer mucho caso a los mapas e ir a mi ritmo. Al principio seguía paso a paso lo que decían los mapas y las guías pero pronto descubrí que es más divertido seguir a tu instinto.
Y además, ¡perderse siempre te enseña algo nuevo!
Acércate y conoce a los lugareños
Pregúntales cualquier cosa, acércate a sus vidas para entender cómo viven.
Ve a colegios, panaderías, parques… ¡ahí es donde la gente del lugar pasa su tiempo! Piensa en que harías en tu país y ve a esos sitios, observa y escribe sobre ello.
Normalmente los lugares que no aparecen en las guías o mapas te sorprenderán más porque ahí es donde podrás ver la ciudad o pueblo en su esencia. Verás a la gente ir a trabajar, recoger a los niños del cole, jugar con los perros…
Lo que también puedes hacer es dejar que te vean. Cuando estuve en India hice una excursión con dos amigas y una de las veces que paramos vi a lo lejos este grupo de colegialas que llamó mi atención.
Estaban de picnic con el colegio. Me acerqué y empecé a hablar con ellas. Tenían mucha curiosidad por saber de dónde venía así que les enseñé mi bola del mundo y encantada me hice una foto con ellas.
Si hay algo que te parece distinto a tu cultura, puedes preguntarles por qué lo hacen así sin problema pero siempre siendo respetuoso.
Al principio te sorprenderá lo diferentes pero a la vez tan parecidos que somos los seres humanos. Incluso teniendo distintos comportamientos y costumbres al final todos buscamos lo mismo: aceptación, paz interior y satisfacción.
Déjate llevar
Si tenías pensado ir a algún sitio pero hay algo que te lo impide, ¡cambia de planes! ¿Has perdido el autobús? puedes esperar al siguiente y aprovechar ese tiempo para reflexionar sobre tu viaje o escribir o hablar con los nativos. ¿El tiempo no te deja ir al sitio al que querías ir? ¡ve a otro! Si tiene que pasar, volverás a ese lugar.
Ve donde quieras, a donde te apetezca. Si no sabes por donde empezar, camina, el destino se encargará de guiarte.
Manten la mente abierta ¡es tu viaje!
Evita entrar a lugares donde el menú está escrito en inglés
En los que dice: cocina tradicional en un idioma que no es el de la zona (en inglés normalmente). Suelen ser los sitios menos auténticos, a dónde van los turistas. Te aconsejo que te conozcas a ti mismo y descubras tu forma de viajar, explora cuál es la mejor opción para ti, cómo te sientes más cómodo viajando.
Sé que ir a sitios escondidos o alejados puede asustarte al principio pero…
Una vez que rompas esa barrera descubrirás un mundo lleno de gente acogedora que en la mayoría de los casos estarán encantados de enseñarte su cultura e incluso te abrirán las puertas de sus casas.
Fiestas locales: déjate invitar o, ¡únete!
Entérate de si hay alguna fiesta o reunión en la zona. ¡Ve y socializa! Observa tu entorno y haz lo que hagan. ¡Prueba algo nuevo!
O como muy bien se dice… «Donde fueres haz lo que vieres»
Supermercados y mercados de otros países: mi paraíso
Entra en los supermercados y déjate sorprender por las cosas tan distintas que venden y sus nombres. Por ejemplo en Filipinas me encontré cosas muy graciosas:
El mamon es un dulce muy común en todo el país, algo parecido a una magdalena pero muy esponjosa (en España mamón es sinónimo de cabrón, normalmente usado en tono de burla o broma).
¿Ves? ¡puede ser muy divertido! verás muchos productos distintos de los que estás acostumbrado.
Otra buena opción es ir a los mercados y sumergirse en un mundo de colores y nuevos sabores.
Aprende algunas palabras en el idioma de la zona
Aprende aunque sea una palabra en el idioma de la zona. No creo que haya un país al que no le guste que los extranjeros intenten hablar su idioma. No te preocupes por la pronunciación ¡inténtalo! Los nativos seguro que lo aprecian.
Manten una mente abierta. Escucha distintos puntos de vista sobre cómo funciona el mundo para los demás. Deja los prejuicios en una caja antes de salir de casa y tírala, ¡no los necesitas!
No des cosas por sentado. Lo que es obvio para ti o tu cultura puede que para otros no lo sea y que, de hecho, les parezca exótico y atractivo.
Intenta no sólo aprender sobre la cultura en la que estás sino también compartir costumbres de tu propio país aunque lo hayas dicho muchas veces anteriormente. ¡Cada persona es un mundo!
Vive en el ahora y déjate llevar.
¡Baila con él!
¡Sueña junto a él!
Como siempre, cuando te leo me haces reflexionar 🙂
¡Gracias, Iris por seguir mis experiencias! ¡Seguiré escribiendo! =)
Me encantan las propuestas, simples pero muy importantes! 🙂
En lo sencillo está la esencia =)
¡Gracias, Rocío!
Hola ,me llamo Alma,vivo en la Patagonia Argentina .(San MArtin de los Andes).A mis 65 años,sigo siendo una viajera ,solitaria..me siento miy identoficada ,contigo …mi proximo viaje Archipielago de Madeira,Azores y todo Portugal continental.Para viajar no hsy limite de edad Solo
Debemos ser alma libres .»»»ALMAS VIAJERAS»»»»Re cuerda..
VIVIMOS PARTIENDO,LIBERANDO EL ALMA ,ENCONTRANDO EL LUGAR…..
Hola, Alma:
Muchísimas gracias por tu mensaje, está lleno de verdades y buena vibra. Qué buen destino Azores y luego Portugal continental. Si te sales de Portugal y te pasas por Madrid, ¡sería un placer conocerte!
Un saludo y felices viajes. 💙💙💙