9 cosas que sí / no sé hacer cuando viajo

Ainnnss, ¡ya me han liado con las cadenas! Me han nominado de golpe a dos así que como no soy mucho de esto voy a juntar las dos en una misma entrada.

Por un lado, Juan de Tú, yo y mi mochila me ha nominado para reflexionar sobre las 9 cosas que sí sé hacer cuando viajo. Por el otro, días después, las patatas de Vuelta a la tortilla me invitan a las 9 cosas que no sé hacer cuando viajo.

Muchas gracias a los dos, ya os llegará, ya… =)

9 cosas que sí sé hacer cuando viajo

1) Perderme y encontrarme. Me gusta meterme por sitios que me atraen; un camino llamativo, una casa colorida, gente haciendo algo que desconozco… y luego volver por otro sitio para enlazar cabos en mi propia mente. Perderse para encontrarse, como una buena amiga me dijo una vez: «Yo una vez al mes me pierdo a posta, aunque sea en mi propia ciudad, siempre me ayuda a encontrarme.»

2) Probar guarradas. Desde macarrones con yogur y colacao en un campamento en las montañas checas a saltamontes frititos en Tailandia, lo que sea que llame mi atención. A quién no le ha dicho su madre: ¿Cómo vas a saber si te gusta si no lo pruebas? Pues eso… Y ni hablemos de cuando probé el balut en Filipinas, un feto de patito que sabe como huevo cocido pero más intenso. La verdad es que me arrepentí al rato, en cuanto le vi el piquito me dio una pena…

3) No perder el control ni entrar en pánico, vea lo que vea. No es que haya estado en situaciones de riesgo extremo pero en cuanto veo algo raro lo asumo y sigo mi camino o me alejo.

4) Aceptar lo ajeno o distinto como normal. Creo que he desarrollado una capacidad según la cual me puedo sorprender por las cosas pero me acostumbro rápido. Intento mimetizarme lo más posible, como este perro:

5) Mandar postales a mi familia (es sagrado). Llega un momento que quizás cansa un poco pero, ¿y lo bonito que es tener un álbum lleno de postales de los lugares que he estado?

6) Quedarme a dormir en cualquier sitio. Literal. He llegado a dormir en estaciones de tren en pleno invierno a parques y playas cuando hace mejor tiempo si no había otra opción. Si no, siempre tiro de Couchsurfing, proyectos de voluntariado por todo el mundo con Helpx o suelo encontrar a un conocido de algún conocido que me ayude con el alojamiento.

7) Aprender unas frases básicas en el idioma de la zona para sobrevivir. Creo que es muy importante intentarlo, aunque la pronunciación se quede en el camino y los paisanos se rían ¡siempre te va a acercar más a la gente! (Si se te atraganta el inglés, echa un vistazo a mi método para aprender inglés mientras viajas).

Esto me ayuda mucho con el punto 8:

Hablar con los lugareños. Algunos me miran raro, otros me sonríen pero siempre acabo hablando con la gente. En los trenes, en los comercios… Cualquier lugar es bueno para conocer más sobre la cultura que te rodea. Y si no, los gestos siempre ayudan (aunque no son tan internacionales como pensamos.

En el caso de encontrarme con viajeros de otros países me encanta adivinar de dónde son en cuanto abren la boca. Los gestos, la forma de hablar y el acento son rasgos que me ayudan a descifrar de dónde es la gente que voy conociendo por el camino. Y, ¡me encanta hacerlo! Suelo acertar aunque también he metido alguna que otra vez la pata con fronteras Argentina-Uruguay, India-Paquistán… pero sigo aprendiendo.

9) Cuidar mis pertenencias. Hasta el extremo de dormir con el bolso de guiri donde llevo todo lo importante debajo del pijama. Nunca me han robado (ejem actualizado en 2016, primera vez que me roban) pero cuando viajo siempre tengo mil ojos y llego a obsesionarme por cuidar lo que llevo.

Hay mucha gente que conozco que ya ha hecho la cadena así que mis nominados son… chin, chin…

Vuelta a la tortilla (sabéis por qué, malas personas) Son cuatro los integrantes de este grupo y nos demuestran cómo sí se puede viajar con gente (y no morir en el intento).

Asia Filipinas, una pareja de españoles explorando las islas Filipinas, ¡todos los rincones!

Leticia, de Trucos Viajeros una mexicana-gallega que escribe sobre todo en español pero de vez en cuando se le escapa algún artículo en inglés =)

¡Venga, que os toca!

Ahora llega el momento de hablar de las cosas que no sé hacer o me cuesta hacer cuando viajo.

9 cosas que no sé hacer cuando viajo

1. Pagar por un hotel. Con el tiempo he ido conociendo alternativas y la verdad es que pagar caro por un hotel me duele. Es algo que no sé, ni quiero, ni puedo. Prefiero usar otras opciones y gastarme ese dinero en seguir viajando y ver más sitios. Para conseguirlo uso plataformas como Couchsurfing, Workaway, Helpx y Homexchange. Y si puedo quedarme en un sitio donde tengo más contacto con los paisanos, mejor.

2. Regatear: Ayyyy, ¡me cuesta tanto regatear! Me da pereza y rabia a la vez. Con el tiempo y sobre todo con mi paso por Asia me he hecho «mejor regateadora» pero nada, me voy siempre con la mala sensación de que me están timando o de si debería pelearme por lo que en realidad son unos euros.

3. Irme sin probar comida de ese lugar. La comida es una parte fundamental en la cultura y te ayuda a entender muchas cosas del lugar que estés visitando.

4. Seguir a una masa de turistas. Al principio, guiada quizás por el miedo o la inseguridad de ir sola, solía ir en grupo. Pero poco a poco me he ido despegando para ir encontrando mi forma de viajar. No quiero decir que no vaya a sitios donde haya turistas, cosa casi imposible pero me cuesta mucho como la vez que fui a Sabang y tuve que debatir entre ir a una de las maravillas del mundo o no. Me cuesta, las banderitas de los guías me espantan, los selfies cantan demasiado…

5. Controlar los nervios previajeros. No puedo, si no no sería yo. Días antes hago la maleta, la deshago y vuelvo a hacerla. El estómago empieza a moverse más de lo normal y el momento de despedidas en el aeropuerto es algo que he llegado a casi odiar.

6. Ir contando todo mientras estoy de viaje. Ya me cuesta llamar a mi familia y cuando llamo no sé qué decir de tantas cosas que han pasado. Soy incapaz de actualizar el blog mientras viajo, parece que compartiendo todo, todo no puedo disfrutar a pleno de mi viaje. Yo no viajo para que estén pendiente de lo que hago sino para disfrutar del viaje y luego plasmarlo, cuando tenga tiempo o me apetezca. Siento que pierdo el tiempo si paso lo que voy escribiendo al ordenador, ¡con todas las cosas que hay por hacer!

Eso sí, ¡los cuadernos no pueden faltar!

7. No quedarme embobada con las cosas nuevas que veo. Me atrae lo distinto, lo que no es común para mí y eso se nota. Sonrío más y sí, a veces me quedo embobada, abstraída mirando a un punto fijo.

8. Seguir estas cadenas. Aunque esta está medio currada me cuesta mucho hacer cadenas porque siento que no se da tanto espacio para la improvisación.

9. Hacerme selfies. Yo lo intento pero ¡na! prefiero hacer fotos de la gente, de lo que me rodea. No me importa no tener fotos «para mostrar dónde he estado». Los momentos vividos son lo que cuentan no un album lleno de fotos (o discos duros más bien).

Mis nominados:

Beatriz y Antonio de Próxima Parada la Luna: esta pareja venezolana-española (¡qué buena mezcla, por cierto!) plasma sus experiencias tanto de Venezuela como de otros países que visitan. Con ese título, ¿a quién no le apetece viajar?

Dani Keral de Un viaje creativo: ¡ale, ya tienes trabajo doble, majo! Este hombre no ha empezado su gran viaje y su blog ya es uno de los más leídos, con una forma genial de plasmar toda la creatividad que lleva dentro, ¡echadle un vistazo!

Richi y Arancha de Beats of my trips, un blog genial con contenido de calidad dedicado, como ellos dicen, a gente con inquietudes, no tienen por qué ser mochileros o superviajeros que dan la vuelta al mundo.