Lima: la desigualdad de sus dos caras
Podríamos decir que Lima tiene dos caras, o varias. Pero para resumir esa realidad compleja, lo basaré en la experiencia vivida en esta ciudad caótica que día a día divide a millones de personas. Llegamos a vivir de pleno la cultura, gracias a Antony, nuestro primer anfitrión de couchsurfing en Latinoamérica. Él vive en uno de los cerros de Lima, considerados peligrosos para algunos, y creedme que a mí también me lo pareció a primera vista.
Cara A: Flor de Amancaes, los cerros de Lima
Mi mente se empeñó en clasificar el lugar como peligroso por las imágenes que relaciono con las casitas así en Latinoamérica. Pasar el puente, dejando atrás el centro, es meterse en otro mundo de chabolas desordenadas que decoran las lomas de la ciudad.
Recuerdo cuando llegué y dije: «Pero…¿dónde me he metido?» cuando mi mente europisada seguía insistiendo en que ese no era mi lugar, que las miradas indiscretas pasarían a ser algo más que miradas. Pero no fue así. Descubrí un lugar tranquilo, el Rimac, una de las zonas pobladas más antiguas de la ciudad pero que hoy en día están más descuidadas.
Las vistas de noche impresionan, las luces que tintinean alrededor te dan otra vista de Lima, una en la que los gritos de la madre «Joselín, vamos a comer» o del vendedor diciendo «Tamaleeeeees» sustituyen al ruido incesante del centro de Lima.
Ahora que lo miro en la distancia, agradezco poder haber visto esa cara porque cuando viajo no me gusta quedarme en lo que es parecido o a lo que estoy acostumbrada. ¿Así cómo vas a salir de la zona de confort y aprender?
Pasamos unos días muy agradables con Antony en los que descubrimos que el ceviche en la calle sabe mejor que en cualquier restaurante, visitamos la casa de su querida abuela que nos abrió las puertas desde el primer momento y disfrutamos con la sonrisa siempre puesta a punto de sus amigos.
Conexión con Lima antes de llegar
Fue casualidad que fuera él el que me dijera que nos alojaba. Resulta que él montó con sus amigos una ONG con la que enseñar arte a los niños más desfavorecidos de Lima. Cuando uso la palabra desfavorecido o humilde me enredo porque es generalizar demasiado. Ni todos los que viven allí son humildes ni desfavorecidos. ¿Acaso no es un término inventado por las clases sociales más altas? ¿A qué nos referimos cuando decimos desfavorecidos, pobres…? ¿Cómo puede nuestro ego clasificar algo que no conocemos?
Con las sonrisas de los niños y los voluntarios de Arte y Alma me quedo. Entre talleres de cometas, de plastilina, de máscaras y pintura descubro la felicidad del momento, del aprender de estos niños a los que les abrimos un mundo de creatividad y juego.
Y arte… mucho arte.
Cara B de Lima: barrios de Miraflores y Barranco
Días después decidimos ir a otra parte de Lima, por probar decimos. Se llama Miraflores y al pasar una calle que la separa del centro te das cuenta de que la urbanización cambia.
El orden en los edificios se hace presente, el color blanco de la tez de los lugareños invade al tostado por el sol. No puedo creer dónde estoy, de repente parece que me he metido en un túnel y aparezco en Europa. Un mundo superficial y ordenado se impone ante mis ojos, aún perplejos por lo que ven. Parejas jugando al tenis, restaurantes de alto postín, un paseo marítimo envidiable y un sentir distinto; estaba descubriendo la otra cara de Lima. Una cara sonriente pero que de alguna forma no encajaba, una cara falsa e hipócrita, que da la espalda a la realidad de Sudamérica.
Observo el tráfico lejano del centro y me pregunto si la gente que vive aquí pasará alguna vez al otro lado o habrá tomado emoliente (té de hierbas) o maca (un tubérculo medicinal) en las calles de Lima, donde sus paisanos luchan por sobrevivir mientras ellos viven sobre la vida.
El último día, antes de ir de voluntariado a la selva a la granja caficultora en la que pasaríamos 9 días, empleamos el tiempo libre en visitar Barranco, la zona más cultural de Lima.
Los graffiti son una belleza para los ojos.
Me quedo tranquila y pensativa tras haber visto las distintas partes de Lima, esas dos caras opuestas que me muestran la realidad compleja y dividida en la que está sumergida la sociedad latinoamericana.
Sí, dedícale unos días a Lima si quieres entender esa realidad y tomarla como ejemplo vivo de lo que pasa en el mundo, esa desigualdad social que quema y divide.
Sí, visita Lima.
No conocía estas dos caras de Lima. Pero me alegro que al final haya sido una experiencia positiva. Saludos
Siempre depende de cómo uno viaje, así se descubren distintas caras de una ciudad, ¿no crees?
¡Qué bueno saber de ti, Alba! Muy chulas las dos caras de Lima, me encantan las fotografías de la gente, de ver cómo viven, que cuentes ese otro lado más humano… A Miraflores tengo ganas de ir porque me gusta Vargas Llosa je je je en mi lista de deseos viajeros está muy arriba Perú, así que te seguiré leyendo con envidia. Un abrazote desde Madrid y ¡disfruta mucho!
¡Gracias, Patri! Creo que siempre hay que ver las distintas caras de una ciudad para poder hacer un criterio valido o para entender más la realidad. ¡Un besoooo!
Un gusto saber de ti Alba, después de esa presentación fugaz en Madrid con Patri la Ovejita viajera.
¿Se nota mucha la desigualdad verdad?
Hace poco por si te sirve, y vuelves a Lima, hay un muro que realmente sin ir muy lejos Divide a la ciudad
Aquí el enlace. http://www.atv.pe/actualidad/muro-verguenza-separa-pobres-ricos-lima-285777
Saludos.
Sí, se nota muchísimo la desigualdad. Una pena lo del muro aunque el muro social se ve sin ser físico. ¡Gracias por el video! Hoy ya me despido de Lima…